¿Por qué el mundial de clubes no les interesó a los equipos europeos? Hasta ahora…

El Mundial de Clubes, en sus diversas formas a lo largo de más de 70 años, nunca logró captar la atención de los equipos europeos. Finales que parecían exhibiciones, campeones sin clasificación oficial y hasta secuestros de jugadores marcaron un torneo que, para Europa, fue mayormente irrelevante. Pero FIFA está decidida a cambiar esta percepción con un ambicioso plan para 2025, respaldado por un premio de mil millones de dólares.

Los primeros intentos: el trofeo Sir Thomas Lipton y la Copa Río

El sueño de coronar al mejor equipo del mundo comenzó con el Trofeo Sir Thomas Lipton en 1909 y 1911, organizado en Turín. Clubes de Inglaterra, Suiza, Alemania e Italia participaron, pero la ausencia de equipos de América, África o Asia lo dejó como un evento regional no oficial. El campeón, West Auckland FC, un equipo amateur de mineros ingleses, reflejó el carácter limitado de esta competición.

En 1951, la Copa Río marcó un avance al incluir clubes de Europa y Sudamérica, como Juventus, Sporting Lisboa, Palmeiras y Vasco da Gama. Palmeiras venció a Juventus 3-2 en el Maracanã, proclamándose campeón. Sin embargo, la falta de aval de FIFA dejó este torneo en un limbo histórico, y en 2019, el presidente de FIFA, Gianni Infantino, descartó reconocerlo como un Mundial de Clubes oficial.

El Pequeño Mundial y la falta de estructura

En 1952, Venezuela intentó un torneo similar con el Pequeño Mundial en Caracas, atrayendo a gigantes como Real Madrid, Barcelona y Millonarios de Colombia, este último campeón en 1953 con Alfredo Di Stéfano. Aunque los clubes sudamericanos lo tomaron en serio, la falta de criterios deportivos, la dependencia de invitaciones y la ausencia de confederaciones hicieron que el torneo se detuviera en 1957. Los equipos europeos, enfocados en la naciente Copa de Europa (hoy Champions League), encontraron problemas logísticos y poca motivación para participar.

La Copa Intercontinental: un paso hacia la formalidad

En 1960, UEFA y Conmebol crearon la Copa Intercontinental, enfrentando a los campeones de Europa y Sudamérica en partidos de ida y vuelta. Real Madrid venció a Peñarol en la primera edición, marcando un hito con respaldo institucional. Sin embargo, la violencia marcó el torneo, especialmente en la final de 1967 entre Racing y Celtic, conocida como la Batalla de Montevideo, y en 1969, cuando jugadores de Estudiantes fueron arrestados tras enfrentamientos con Milan.

Esta violencia, junto con conflictos de calendario, llevó a varios clubes europeos a rechazar participar. Ajax (1971, 1973), Bayern Múnich (1974), Liverpool (1977) y Nottingham Forest (1979) cedieron sus lugares, y en 1975 y 1978 el torneo ni siquiera se disputó. Para los europeos, la Copa Intercontinental se convirtió en un compromiso incómodo más que en una oportunidad de gloria.

El renacer con Toyota y el Mundial de Clubes moderno

En 1980, Toyota transformó la Copa Intercontinental al trasladarla a un partido único en Japón, con un premio de 200,000 dólares y un auto para el mejor jugador. Este formato, que obligaba a los campeones continentales a participar, redujo la violencia y atrajo a clubes como Juventus, Boca Juniors y Manchester United hasta 2004. Sin embargo, al limitarse a Europa y Sudamérica, no era un torneo verdaderamente global.

En 2000, FIFA lanzó su primer Mundial de Clubes en Brasil, con ocho equipos, incluyendo Manchester United y Corinthians. A pesar de un premio de 28 millones de dólares, el torneo enfrentó problemas, como la quiebra de su patrocinador en 2001, que llevó a la cancelación de la edición planeada en España. No fue hasta 2005 que FIFA absorbió la Copa Intercontinental, creando el Mundial de Clubes actual con seis campeones continentales y un invitado del país anfitrión, con premios de hasta 6 millones de dólares para el campeón.

La indiferencia europea persiste

A pesar de los esfuerzos, el Mundial de Clubes no logró captar el interés de los aficionados europeos. Entre 2005 y 2024, equipos europeos ganaron 16 de las 20 ediciones, pero las búsquedas en Google en países como Inglaterra, España e Italia muestran un interés casi nulo comparado con la Champions League. En cambio, en regiones como Brasil, México o Emiratos Árabes, el torneo generó más atención, pero Europa sigue siendo clave para su viabilidad económica.

El ambicioso plan de FIFA para 2025

La FIFA, bajo la dirección de Gianni Infantino desde 2016, planea un Mundial de Clubes revolucionario para 2025. Con 32 equipos, incluyendo 12 europeos, un calendario exclusivo y un premio de mil millones de dólares (125 millones para el campeón), el torneo busca competir con la Champions League. Este nuevo formato enfrenta a gigantes europeos como Real Madrid y Manchester City entre sí, cambiando la dinámica de “Europa contra el mundo” a “Europa contra Europa”.

Aunque el proyecto tiene un gran presupuesto y los mejores equipos, el éxito no está garantizado. La Champions League, con 70 años de historia, rivalidades y momentos icónicos, es un referente difícil de igualar. El Mundial de Clubes debe construir su propia narrativa para inspirar competencia y relevancia a largo plazo.

¿Un salto al vacío o un nuevo comienzo?

El Mundial de Clubes ha luchado por captar la atención de Europa debido a su falta de estructura, violencia, conflictos de calendario y poca relevancia mediática. Sin embargo, el plan de FIFA para 2025, con incentivos económicos masivos y un formato ampliado, podría cambiar esta historia. ¿Será suficiente para superar la indiferencia europea y crear un torneo que inspire? Solo el tiempo lo dirá.

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